Poder
transportar por tren mercancías entre la República de China y el
resto de los países de Europa o viceversa surgió, a partir de
noviembre de 2007, como una alternativa al transporte marítimo,
amenazado en el Océano Índico por la acción de la piratería.
Inicialmente
los servicios (tráficos) fueron experimentales pero pronto
comenzaron a regularizarse los mismos, con tiempos de transporte en
torno a los veintiún días, frente a las cuatro o cinco semanas que se requería con el transporte marítimo.
En
septiembre de 2011, DB Schenker inauguró el transporte ferroviario
por tren de piezas de BMW entre Leipzig y Shenyang (China), por aquel
entonces se recorrieron 11.000 kilómetros, a través de Polonia, Bielorrusia y Rusia por el Transiberiano... La formación llevaba
cuarenta contenedores y formaban este primer envío, que tardó
veintitrés días.
Con
posterioridad se redujo a catorce días con una frecuencia de tres
trenes semanales.
A
partir de 2013, hay un servicio trisemanal de contenedores en ambos
sentidos entre las ciudades de Lodz (Polonia) y Chengdu en China.
Otros
trenes se han ido incorporando progresivamente, tanto por la ruta
norte del “Rossiya” más conocido como Transiberiano, como por la
ruta sur de Kazajstán. Entre estos nuevos trenes están los de
temperatura controlada a lo largo de todo el trayecto.
La
mejora de la operación técnica de los trenes –que incluye el paso
por dos trochas distintas de vía- ha permitido recortar el tiempo
del viaje hasta llegar a los catorce días actuales.
Kazajastán
quiere convertirse en una alternativa a la ruta ferroviaria por el
conocido Transiberiano en el enlace euroasiático; la compañía
nacional de ferrocarriles de Kazajastán (KTZ), estima que en el año
2020 transitarán por su territorio 35 millones de toneladas de la
ruta entre China y Europa, que se incrementarán a largo plazo hasta
los cincuenta millones.
Fuente:
Revista Vía Libre // Edición Española. Abril 2014.
Fuente Imagen: www.china.org.cn
Luisem.-